Violeta africana, un tesoro de interior
La violeta africana o Saintpaulia es planta de interior, de procedencia africana, propia de Tanzania.
Está en flor todo el año, y posee un vivo color morado y tacto aterciopelado.
Es agradecida y vistosa, además de decorativa, y tiene una extraordinaria dureza.
En verano puede vivir en semisombra. En invierno, necesita mucha luz pero no directa.
Existe una gran cantidad de variedades de violeta africana, pero los ejemplares más usuales son el violeta, azul, morado o blanco.
Consejos y cuidados
Al ser una planta de floración permanente, necesita que se le vayan retirando los tallos marchitos. Así crecerán con más fuerza los nuevos.
No tiene necesidad de ser trasplantada, ya que no es exigente en cuanto a volumen de tierra.
Es indispensable abonarla de vez en cuando, mezclando su agua de riego con un poco de abono líquido.
Tiene unas raíces muy delicadas para la cantidad de hojas que posee, por lo que se debe regar desde su base, poniendo un plato con agua y retirándolo unas horas después. Cuando la tierra empiece a secarse, debemos repetir el riego. No soporta la violeta africana es el exceso de agua, si esto sucede, aparecerá moho.
Se reproduce plantando esquejes de sus hojas. Para ello, tendremos que escoger un tallo de tamaño medio que no sea ni del centro, ni de la parte exterior de la planta.
Como las demás especies de interior, sus enemigos son los pulgones, cochinillas blancas y algunos hongos.
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