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LA EQUINÁCEA una planta bella y resistente

La Equinácea una planta bella y resistente

Si la cultivamos con mimo, nos regalará sus magníficas flores en verano

LA EQUINÁCEA, es una planta que tiene su origen en América del Norte. Grande, alegre y con la misma belleza silvestre de las margaritas o las caléndulas. Se trata de una planta perenne con flor muy fácil de cultivar, siendo una alternativa perfecta para añadir color al jardín, especialmente durante los meses de verano. A tener en cuenta los cuidados que necesita.

Una belleza llegada de América

Además de destilar belleza, es una planta fuerte, resistente y de fácil cultivo. Por eso es siempre una buena idea hacerle un hueco en el jardín.

Propiedades medicinales

Una característica especial es que se trata de una planta con propiedades medicinales que se ha empleado desde hace mucho tiempo para aliviar ciertos problemas de salud. Sin embargo, es fundamental contar con el consejo de un farmacéutico ya que, como otras muchas plantas medicinales, puede tener contraindicaciones y no ser beneficiosa para todas las personas.

Que no le falte la luz del sol

Planta ideal para componer bellos parterres y macizos en el jardín, siempre teniendo en cuenta que hay que plantarla en un lugar muy soleado, donde pueda recibir unas cinco horas de sol al día. Aunque también pude crecer en semisombra, su floración se reduciría considerablemente. No soporta las heladas ni las temperaturas por debajo de los 0º C.

Moderación en el riego

Más que mucha agua, lo que la equinácea necesita es humedad, mantener el sustrato húmedo. El riego ha de ser moderado todo el año, ya que se trata de una planta a la que le perjudica bastante un exceso de agua. No le gustan los encharcamientos, puesto que las raíces se pudren con facilidad. Incluso tolera bien ciertos periodos de sequía. Para que crezca bella y feliz lo mejor es esperar a que el sustrato se seque antes de volver a regarla.

El abono

Como a la mayoría de las plantas, las equináceas prefieren suelos ricos en nutrientes para crecer y desarrollarse. Sin embargo, no es conveniente fertilizarlas demasiado ya que sus tallos crecerían muy rápido y no se fortalecerían lo suficiente como para soportar el viento o la lluvia.

Para evitar que esto suceda es mejor abonar el terreno con materia orgánica antes de la plantación. En julio, justo antes de la floración, podemos añadir al agua de riego un fertilizante para plantas de flor que les proporcione una buena dosis de energía para encarar el verano.

¡Cuidado con los hongos!

A pesar de ser una planta fuerte y resistente, hay ciertas plagas que pueden afectarla como los ácaros, los escarabajos, las babosas o el pulgón.

Sin embargo, lo que realmente supone un riesgo para ella son los hongos como, por ejemplo, el mildiú. Por ese motivo, es importante vigilar cuidadosamente el riego para que no haya excesos que puedan favorecer la pudrición del tallo de la planta o de las raíces.

El consejo: es necesario vigilar de cerca las equináceas y actuar al menor signo de presencia de hongos o insectos dañinos. En el primer caso emplearemos un fungicida, mientras que en el segundo necesitaremos un insecticida adecuado. Puedes probar con productos de tipo ecológico.

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