Qué pena y qué triste
Qué pena y qué triste. Tengo el privilegio, y digo privilegio porque es así, de haber nacido y de vivir en el barrio de la Barceloneta. Siempre bien comunicado, el mar al lado, el Hospital cerca. Después de toda la vida pasada aquí no puedo más que manifestar la tristeza, por no definirlo con otra palabra peor, de ver en lo que se ha convertido.
ENTRE TODOS
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Nido de ladrones, gamberros, peleas, molestias a los vecinos, suciedad… Hoy me he encontrado el sillín de mi moto rajado de punta a punta; llevo cuatro retrovisores cambiados porque, literalmente, me los han arrancado. Qué pena sentimos muchos de los nacidos aquí en Barcelona al ver en lo que se ha convertido esta ciudad que, antes cosmopolita, ahora roza de ser una vergüenza gracias a la mala gestión de nuestro Gobierno.
Qué pena y qué triste
Vienen tiempos de elecciones y una ya no sabe a qué acogerse; esto tiene difícil arreglo cuando hace demasiados años que vamos en declive. Señora Colau, la he visto muchas veces pasear por mi barrio y he visto como los vecinos le dirigen quejas a su paso. ¿Dónde está esa Barcelona que arrancaba con un cambio estético en las olimpiadas y que nos iba a transformar en una gran ciudad? ¿Dónde han quedado esos tiempos en los que podías caminar por el barrio sin ver a gente que nos ha desplumado, que podías tener tu coche o tu moto en la calle sin miedo a que te los robaran o rompieran? ¿Dónde ha quedado el civismo y la mano dura de la ley para poder vivir tranquilos?
Esta ciudad necesita muchos cambios para volver a ser lo que era. Yo seguiré aquí porque amo mi ciudad, amo mi barrio, a la espera de ver qué político tiene lo que ha de tener para cambiar esta situación.